La maternidad, un mar de dudas
¿Quiero ser madre? Muchas mujeres pueden responder con un rotundo “sí” o “no” a esta pregunta, en cambio otras sufren la incertidumbre de no tener una respuesta clara mientras el tiempo juega en su contra. A veces, aunque la respuesta sea clara, la vida no nos ayuda y las condiciones en las que nos encontramos tampoco son las adecuadas. En definitiva, la maternidad o más bien el planteamiento de la misma, puede suponer un importante foco de ansiedad y crisis vital. Si tienes dudas, este blog es para ti:
- Toda decisión conlleva pérdidas
- Toda decisión se ve influencia por el entorno
- Toda decisión se acaba tomando de manera activa o pasiva
1. Toda decisión conlleva pérdidas
Uno de los descubrimientos de todo ser humano es que en algún momento de su desarrollo vital comprende que: decidirse por algo, es perder otra multitud de “algos”. Si elijo el jersey marrón, no lo tendré ni rojo, ni verde, ni azul… y ahí es donde empieza el agobio.
Con la maternidad nos encontramos ante el mismo laberinto, ambas decisiones implican pérdidas. No voy a aconsejar a nadie que simplifique como debería hacerlo ante la compra de un jersey, pero quizá sí ayude aceptar que la pérdida es irremediable y centrar más su decisión en las ganancias que le pueden aportar cada una de las elecciones.
2. Toda decisión se ve influenciada por el entorno
Otro de los factores a tener en cuenta a la hora de tomar decisiones es el contexto. En el caso de la maternidad hay 4 grandes focos:
- Presión social y familiar: por edad, porque toca, porque es el siguiente paso lógico de la vida, porque a mi madre le haría mucha ilusión, porque mi prima acaba de tenerlo… en definitiva porque muchas personas de mi entorno esperan eso de mi, de una u otra manera. ¿Qué decirte aquí? Recordarte que es tú vida, y que todas esas personas ya tuvieron y tienen la oportunidad de elegir sobre la suya propia.
- Desarrollo profesional: desafortunadamente en muchas ocasiones la maternidad implica un freno importante en el desarrollo de la carrera profesional de aquellas mujeres que son madres. Ojalá poder decirte lo contrario, pero es una realidad. Quizá en este caso haya que sopesar ganancias y pérdidas y valorar la posibilidad de continuar tu progreso y camino profesional después del parón que conlleva la maternidad, si así lo deseas.
- Presión económica: la capacidad de sostener económicamente a tu hijo/a es importante. Aquí tienes que hacer números propios y ajenos (si cuentas con ayuda).
- Cambio de vida: tu estilo de vida se verá afectado en mayor o menor medida, lógicamente todo se tendrá que descolocar para volver a colocarse en otro lugar diferente: ¿cuál? Es cierto que ésto es muy personal pero piensa que determinadas dinámicas que ves en otras madres y pueden no gustarte, suelen tener un porqué y puede que te encuentres allí donde no querías. Cada madre es única y tiene una manera propia de transitar su maternidad, tú encontrarás la tuya, lo harás a tu manera pero, hay ciertas circunstancias que se repiten y nos llevan a todas a puntos muy similares y ahí es donde nace la tribu, la ayuda mutua, la empatía.
3. Toda decisión se acaba tomando de manera activa o pasiva
A veces no decidir y no tomar acción es también decidir y en este caso, donde el paso del tiempo pesa, aún más.
Si estás postergando decidir, evitando el tema, dejando el tiempo pasar… quizá tengas que aceptar que de alguna manera ya estás decidiendo. Y si ese pensamiento te genera intranquilidad, entonces te sugiero que comiences a reflexionar y a hacerlo más presente en tu día a día para poco a poco ponerle conciencia y poder comprenderte más a ti misma y tus posibles deseos.
Me siento obligada a recordarte que toda decisión es una decisión correcta y que no serás mejor o peor persona o mujer en función de únicamente esta esfera vital. Sé que es complejo cuando las dudas te rodean, pero también es inteligente confiar en que la opción que elijas será un camino en el que podrás encontrar satisfacción y desarrollo, sé que encontrarás la forma de hacerlo.