Ansiedad generalizada o vivir con angustia.

Laura Parra

marzo 21, 2024
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Ansiedad generalizada o vivir con angustia

 

La ansiedad es una respuesta sana y natural del organismo al estrés y amenazas del entorno. Nuestro cuerpo nos avisa y prepara para la acción. Nos protege de los peligros y nos alerta de las amenazas. El problema se presenta cuando todo en mi vida me acaba generando ansiedad, cuando vivo alerta y con incómodos síntomas físicos y cognitivos que no permiten que disfrute y sea feliz en mi rutina diaria. 

Salir a tomar algo con unos amigos puede que haga que te sientas angustiado, por el sitio al que vais, las personas que van, el horario de la quedada, las personas o animales que esperan en casa mientras tú te diviertes (o lo intentas), también puede ocurrir algo parecido en el trabajo y puedes sentir preocupación excesiva por tu desempeño, por la imagen que proyectas en tus compañeros, por aquel comentario de tu mando superior… Incluso elegir que tomar en la carta de un restaurante puede resultar agobiante por el precio, la cantidad de comida, la manera de comerlo o simplemente por una fuerte indecisión. 

Y así, cada día de tu vida y en múltiples escenarios vitales. La ansiedad se calma en algún aspecto concreto pero de repente se deposita en otro diferente. Como el juego de los topos, ¿lo recuerdas?

 

  1. Ansiedad generalizada. ¿Qué es y qué síntomas provoca?
  2. ¿Por qué tengo ansiedad generalizada?
  3. ¿Qué puedo hacer para reducir la ansiedad generalizada?

    

1. Ansiedad generalizada

¿Qué es y qué síntomas provoca?

La ansiedad generalizada se define como un estado persistente de preocupación y ansiedad sin una razón aparente o de manera desproporcionada al evento que lo desencadena. Es vivir en una constante preocupación y con una sensación de fatiga y desconcierto abrumador.  El trastorno de ansiedad generalizada (TAG) es una afección en la salud mental que se caracteriza por preocupaciones y ansiedades excesivas y constantes sobre varios aspectos de la vida, que son desproporcionadas en relación con el evento o situación que las desencadena

Los criterios diagnósticos del DSM-5 para el trastorno de ansiedad generalizada incluyen: 

“A. Ansiedad y preocupación excesiva (anticipación aprensiva), que se produce durante más días de los que ha estado ausente durante un mínimo de seis meses, en relación con diversos sucesos o actividades (como en la actividad laboral o escolar)

B. individuo le es difícil controlar la preocupación

C. La ansiedad y la preocupación se asocian a tres (o más) de los seis síntomas siguientes (y al menos algunos síntomas han estado presentes durante más días de los que han estado ausentes durante los últimos seis meses):

  1. Inquietud o sensación de estar atrapado o con los nervios de punta.
  2. Facilidad para fatigarse.
  3. Dificultad para concentrarse o quedarse con la mente en blanco.
  4. Irritabilidad.
  5. Tensión muscular.
  6. Problemas de sueño (dificultad para dormirse o para continuar durmiendo, o sueño inquieto e insatisfactorio  

 D. La ansiedad, la preocupación o los síntomas físicos causan malestar clínicamente significativo o deterioro en lo social, laboral u otras áreas importantes del funcionamiento.

ELa alteración no se puede atribuir a los efectos fisiológicos de una sustancia (p. ej., una droga, un medicamento) ni a otra afección médica (p. ej., hipertiroidismo).

F. La alteración no se explica mejor por otro trastorno mental.”

Este trastorno presenta síntomas de diferente índole, los cuales pueden diferenciarse en síntomas físicos y cognitivos. 

  • Entre los síntomas físicos destacan: palpitaciones, mareos, temblores, síntomas digestivos como pueden ser náuseas, diarreas o molestias estomacales. También es común que aparezca sensación de fatiga aunque se descansen las horas necesarias. 
  • Por otro lado cabe destacar los síntomas más cognitivos o psicológicos entre los que merece la pena subrayar: la preocupación constante, dificultad para concentrarse, irritabilidad, sensación de estar al límite o no poder más y complicaciones a la hora de conciliar el sueño. 

2. ¿Por qué tengo ansiedad generalizada?

 

Todos conocemos a personas que sienten ansiedad y nerviosismo durante casi toda su vida. En cambio si somos más concretos podemos destacar varios aspectos en la epidemiología de este trastorno.

La edad media de aparición de TAG es de 30 años, siendo uno de los trastornos de ansiedad con la diagnosis más tardía. Los síntomas de TAG tienden a ser oscilantes y a acompañar a la persona durante una gran parte de su vida. Es por esto que es importante adquirir herramientas que acompañen a la persona en su día a día, para así poder enfrentarse a los picos sintomáticos a lo largo de su historia vital.

Existen algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de padecer TAG. Entre los cuales se encuentran: el temperamento inhibido con tendencia a la evitación y los aspectos genéticos y fisiológicos que suponen un tercio del riesgo de sufrir TAG. En el caso de la ansiedad generalizada, los factores ambientales no ocupan un espacio importante siendo algo destacables aspectos relacionados con la sobreprotección en la infancia o la vivencia de eventos traumáticos.

Si ponemos el foco en el género, el trastorno de ansiedad generalizada se diagnostica más frecuentemente en las mujeres que en los varones (alrededor del 55-60 % de quienes presentan el trastorno son mujeres). Además en el caso de las mujeres es un trastorno que suele ir acompañado de síntomas depresivos y en el caso de los varones es más común el consumo de sustancias. Lo que nos deja entrever nuevamente, dos formas totalmente diferentes de enfrentar una misma situación en función del género. Motivo por el cual una psicología con mirada de género es necesaria para una correcta diagnosis y un adecuado tratamiento.

 

3. ¿Qué puedo hacer para reducir la ansiedad generalizada?

 

Tal y como avanzamos en el punto anterior, los síntomas del TAG tienden a mantenerse de manera oscilante en el día a día de quién lo padece. Por ello es importante adquirir una serie de herramientas y estrategias que ayuden a la persona a manejar sus síntomas en diferentes momentos y escenarios vitales. 

Es interesante que las personas que padecen este tipo de ansiedad puedan poner especial empeño en atender sus necesidades básicas de descanso, alimentación y sueño de una manera consciente y cuidada. 

Es también muy beneficiosa la práctica regular de ejercicio y/o actividad física. Si además puede ser al aire libre y de manera social, aumentaremos su beneficio. 

Ejercicios de respiración diafragmática, técnicas de relajación y la práctica de mindfulness son también muy recomendables para reducir y mantener a raya los síntomas del TAG.

En algunos casos concretos, las personas que sufren TAG pueden necesitar la pauta de medicación durante períodos más o menos extensos de su vida. 

A todo lo anterior es interesante sumarle la posibilidad de trabajar en terapia los aspectos individuales de cada persona que padece esta sintomatología, pudiendo adaptar herramientas de la práctica clínica a las necesidades específicas que cada cual presente.